LA CASA DE TODOS

ANGELICA SOSA DE PEROVIC

ARQUITECTA Y COLUMNISTA

Cuando una persona común comienza a prosperar llega el momento que tal vez tenga la oportunidad de ser propietario, en ese momento se le plantea la necesidad de la toma de decisiones, la más importante, dónde comprar un terreno para construir su casa y conformar su hogar. Priorizará según sus recursos un lugar seguro con buena accesibilidad, a donde le quede cómodo para la visita de todos sus familiares, que no esté su terreno escondido en la ciudad y que sea fácil de indicar para llegar.

Una vez adquirido el mismo, querrá colocar su casa en el mejor sitio dentro del lote y generalmente que se vea una bonita fachada, ya que es un orgullo para esa persona mostrar el fruto del esfuerzo de tantos años de trabajo. Por último, cuando está la obra terminada, su sueño se concreta cuando le implanta hermosos jardines para acompañar la edificación. Después de varios meses de sinsabores entre albañiles, carpinteros, etc., la casa está lista y hacia ella va la familia orgullosa a disfrutar de su nueva vida.

Con la misma lógica trabaja este Gobierno Autónomo Municipal, lo primero que hacemos los funcionarios que estamos en la tarea de desarrollar y velar por los intereses del patrimonio público es buscar la mejor opción para la inserción de determinadas obras y cuáles son los sitios más adecuados. Se realizan los proyectos buscando la forma de mantener una identidad como orgullosos habitantes de esta tierra camba, (en este caso la cruz potenzada que está en nuestro escudo), y por último se ajustan las funciones que sean compatibles con su entorno y que den respuesta a las necesidades del vecino.

Entonces aparecen los eternos críticos (las viejas vacas sagradas y sus circunstanciales aliados, que se creen los dueños del Pueblo, que no son otros que los encapuchados junto a los grandes que se creen poderosos) y que se equivocan con nosotros una vez más, pensando que nuestro afán es “meter” obras en cualquier lugar y de manera forzada. En su afán de criticar, los unos porque ya son historia (aunque no sean de las buenas), y los otros porque están afuera (y no pueden meter manos ni contratos), niegan la realidad, que todo el conjunto de construcciones públicas de esta gestión fue estudiado y consensuado previamente con los principales beneficiarios, las vecinas y vecinos de nuestro querido municipio al cual nos debemos y por los que trabajamos.

Por increíble que parezca, ayer haciendo un uso indebido de su supuesto poder político, el tristemente célebre representante de la ABT pidió una acción popular que cualquier servidor público, sabe que no está en sus competencias de ley; haciendo perder el tiempo a jueces, funcionarios municipales y ante todo vecinos y vecinas, seguramente en su afán de distraer la atención crítica ciudadana ante la lenidad e indolencia de esa repartición del estado central.

La verdad señores, que esta ignorancia de la ley de la cual hace gala el representante de la ABT, llega al extremo de pretender avasallar a todo un pueblo que luchó valientemente por recuperar su primera autonomía cual fue la autonomía municipal, tratando de coartar nuestros derechos, aprovechándose para ello de un grupo de personas seudo defensoras del medio ambiente, que en su mayoría son justamente aquellos que tuvieron su oportunidad pero fueron superados en la administración municipal por jóvenes profesionales con ideas y proyectos renovadores que están cambiando Santa Cruz, creando un medio ambiente amigable con la naturaleza, sin discursos ni toneladas de tinta y papel, sino con árboles y plantas, con colegios y escuelas, con hospitales y postas, con calles y avenidas, con puentes y drenajes, pero también con bibliotecas y teatros, con música y ante todo con amor.

Nos tuvieron por horas en una acción popular, ¡qué ironía! Sin pies ni cabeza. Los propios personeros del Estado, los funcionarios ‘dizqué defensores de la sociedad’, metiendo acciones que no les competen por ley, haciendo gala de su ignorancia y prepotencia, acompañados por el eterno sacristán silencioso del centralismo. 

Pero la justicia en una actitud que los enaltece una vez más, no solo que les rechazó su descabellada acción popular, sino que pronunciándose en el fondo, claramente determinó la legalidad de la licencia ambiental otorgada por la Gobernación para la edificación municipal.

Sepan señores centralistas, que cuando las cosas se hacen bien y poniendo de aspectos fundamentales: La ley y la transparencia en todos los actos administrativos que realizamos como servidores públicos superan cualquier cuestionamiento, así sea de aquellos provenientes de personas y grupos de poder cuyas críticas sabemos todos el oscuro fin que persiguen.

Por supuesto, también es importante establecer que el gobierno municipal no es una isla, pertenece a todo el pueblo, con todos sus actores, cada uno con sus ideas y percepciones; por eso siempre debe estar presto a oír las sugerencias o críticas constructivas, descartando aquellas que son amenazas e imposiciones.

Incluso señores, como en el caso presente, donde pareciera que se trata de imponer la desinformación en algunos grupos intelectuales, que sostienen a ultranza falsos usos del edificio municipal y su entorno, cuando saben que este lugar no será agredido por su propio funcionamiento, ya que allí “no se atenderá público en general”, que es el tema generador del conflicto y el gran tema de debate.

Nuestro gobierno municipal, a la cabeza de nuestro querido alcalde, el ingeniero Percy Fernández Áñez, recibió el mensaje y actuó en consecuencia y dispuso funciones acordes a este bello espacio natural. 

Así como en la casa no se podría poner música a todo volumen todo el día, no se pueden realizar actividades que afecten la armonía natural del sitio.

Nuestro principio de buscar lo mejor para esta gran familia (que somos todos quienes habitamos esta amada Santa Cruz de la Sierra), está siempre presente y no dudemos que en el futuro próximo abriremos las puertas con gran orgullo de esta gran obra que será nuestra:  La casa de todos los cruceños.